Fragmento 21 de agosto.

Me he cansado ya de complicarme la vida. Dedo admitir que durante mucho tiempo disfruté sobrepensar en posibles resultados de acuerdo a mi árbol de decisiones. Disfruté mucho del caos clavado en mi mente como enredadera, incluso en algún punto de mi vida debí decir que amaba guiarme por el caos. Pero todo pasa... Ahora sólo disfruto la armonía de un lugar despejado y minimalista con un rico café paseando por mi boca.

Disfruto de la ciudad sin tráfico y la luz de la luna que rara vez se deja ver, y quizás de tener la oportunidad de alguna caminata espontánea después de que el calor intenso baje y antes de la hora de la cena.

Disfruto de leer un buen libro mientras lo sostengo con mi mano derecha retando la elasticidad de mis brazos. Me encanta estirarme mientras escribo. Me encanta estirarme mientras agradezco. Es como mi peculiar y quizás extraña representación del agradecimiento por la vida. Y tal vez una manera de recordarme que debo hacer ejercicio y no dejar de moverme.

Ya no me interesan esas relaciones tóxicas donde sientes morir de amor, ya entendí que no se puede vivir de amor, o al menos no del externo. Aprendí que el amor irradia desde uno mismo y que cada uno es responsable de sus propias decisiones. En pocas palabras entendí el sentido de la libertad.

Ayer me encontraba aquí mismo, en el mismo blog intentando escribir y el resultado fue nulo. Es gracioso porque después de alrededor de una hora de intentarlo y solamente escribir y borrar alrededor de diez veces me reí de mí, y me preguntaba por qué me estaba presionando tanto para hacerlo. Quizás mi día no había sido lo suficientemente inspirador y eso está bien. Después de todo, eso es lo que hace los días especiales, todos son diferentes. Algunas veces pensamos que todos son iguales, pero no lo son.

Ahora veo esto como pequeñas recaídas, hablo del hecho de auto privarme de la libertad. Me sigue dando risa que estuviera intentando escribir frenéticamente como si mi vida dependiera de ello. Hoy, ni siquiera tengo un tema en concreto en mi cabeza pero simplemente quiero hacerlo.

Hoy me apetece escribir mientras veo a mis gatos observar fijamente algo que quieren alcanzar, y mientras escribo sobre el escritorio aun un poco oloroso aun  café que derramé hace algunos minutos y que al parecer, no limpié muy bien.

Experiencias como ésta me hacen entender el aparentemente incomprensible flujo de la vida, y darme cuenta de que no todo tiene que ser tan difícil y no todo tiene que ir en el lugar que tenemos en mente. Algunas veces sólo necesitamos confiar en el aire que nos mueve.

Bien pude despotricar contra el mundo después del pequeño incidente del café, y es que se derramó sobre un monitor que recién acabo de comprar, que de hecho recibí el día de hoy y si fueras alguno de mis amigos cercanos sabrías que esto pudo haber sido el colmo después de una semana en la que enfermé, que casi me atropellan, que un maleante abrió mi auto, que mi mascota enfermó y no sé que otras cosas más. Pero en vez de esto opté por tan sólo respirar profundo y limpiar un poco el desastre que había ocurrido sobre el escritorio.

Opté también por dejar la ropa en la secadora, actividad rutinaria de miércoles por la tarde y despreocuparme por la cena de esta noche. Creo que ni siquiera hay suficientes botellas de agua ni excedentes de arena para gato, pero ya mañana pensaré en ello. Hoy es suficiente. Porque pase lo que pase, gracias a Dios y a alguna que otra decisión estoy viva. Y me encuentro aquí escuchando algo de música de un playlist llamado "safe place" relajada dejando todo fluir. Se siente increíble.

En mis recaídas tiendo a sumergirme en una controlada rutina semanal hasta que recuerdo que mi respiración no depende de ello. Estoy cansada, y sé que mi expresión puede delatarlo, pero a la vez me siento tan orgullosa de mí al reconocerlo, y elegirme a mí una vez que me entero.

Confío en que la vida misma me guiará por el camino correcto. A veces sólo es cuestión de pasar un poco el volante y ser copiloto, disfrutar el paisaje mientras escuchamos algo de música.

El gran viaje de la vida.





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