Fin de semana en casa de mis padres.



Nada podría igualarse a estos momentos.. Confieso que hace mucho no sentía tantísima satisfacción al estar en casa de mis papás.

Y es que nada se iguala a las noches en su casa.. Es mi parte favorita de cada visita...

Adoro la noche.. Disfrutarlos en pijama sin pose alguna, sobretodo a la hora de la cena, donde frecuentemente comentamos cómo estuvo nuestro día, y puede sentirse esa emoción de mis hermanos al descubrir cosas que no habían vivido nunca antes; el esmero de mi madre al acomodar la mesa, y su satisfacción al escuchar que todos esperaban la cena con ansias, siendo ésta siempre un éxito.

La ternura de mi padre al llegar y vernos, donde muchas veces imagino que ha de pensar algo relacionado a todo su esfuerzo del día.. de la vida.. Supongo que piensa en que todo lo que ha hecho ha valido la pena.. Finalmente estamos todos juntos.. Tiendo a observarlos.. Me encanta el estado natural y de confianza entre nosotros. Esa relajación, y ese cierre de cortina al pasar la puerta... Todo problema que ha sucedido fuera.. Allá se queda.. Nosotros nos dedicamos a recordar, de manea implícita, que todo saldrá bien, que nos tenemos unos a otros y que aun con todas nuestras diferencias, jamás nos abandonaremos.

La cena ha terminado, y no es por presumir pero en casa no es raro tener bufete, continuamos con nuestro tradicional café, muchas veces para acompañar a mi padre si es que ha llegado después que nosotros terminamos.. Mientras el cena, nosotros le acompañamos con un café.

Resultado de imagen para union familiarNos cuenta historias interesantes,muchas son de su trabajo,pues tiene muchos años en ese lugar, lo que le ha permitido coleccionar cientos de relatos; hasta podría decirse que tenemos favoritas..
Además de que tiene un característico gusto por la lectura y por las noticias alrededor del mundo. Y aunque no habla mucho, sabemos que lo que nos cuenta es porque nos quiere, porque le interesamos y desea estemos informados también.. Me gustan sus moralejas disfrazadas de historias cotidianas..

Vamos a dormir,el día ha terminado, o recién comenzado.. Cada quien vuelve a su intimidad, al fin soy libre de pensar en lo qué o quién desee por un tiempo un poco más prolongado; si se corre con un poco de suerte, incluso es posible inducir algún grato sueño, custodiado por el silencio de las calles, pues los vecinos son ya mayores.

Pasan las horas y ha amanecido.. Entonces comenzamos a despertar en un proceso automático,  en ausencia de alarmas.. Al abrir los ojos, frecuentemente me cubro entre las sábanas con el afán de no ser descubierta porque deseo prolongar mi sueño si éste me ha gustado; o ganar tiempo para seguir viajando entre aquellos pensamientos y deseos sin que nada lo interrumpa.

Pero soy tentada por el aroma proveniente de la cocina y el sonido del agua hirviendo, para el café, o por la preparación de alguna salsa para acompañar el almuerzo.. Entonces decido levantarme y volvemos a sentarnos todos juntos en la mesa.. Esta vez no es para platicar lo que fue de nuestro día, esta vez es para crearlo, para finalizar el almuerzo y por un segundo mirarnos todos fijamente y agradecernos a los ojos, cara a cara, aunque esto no se mencione, haber despertado y permanecer juntos. Nos damos las gracias, también, por habernos dado alta prioridad, por esos momentos que aunque rutinarios, no se volverían a repetir o disfrutar jamás.

Ahora me despido porque se acerca ese sonido de llaves, papá ha llegado y es, nuevamente, hora del café..

Lindo fin de semana.

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