Carta a Georgia.
Un día me enseñaron una fotografía con varios perritos, y sin pensarlo, te elegí. Sólo te elegí. No recuerdo haber observado alguna característica en particular. Recuerdo que me sugirieron algunos otros por ser color negro y supuestamente resaltantes. Yo sólo te vi y me enamoré. Desde ese momento supe que la vida me haría inseparable a ti.
Algunas personas me han dicho que quizás tengo mascotas porque no me atrevo a tener hijos, pero están equivocados. Para mí, no tiene relación una cosa con la otra, pues sería la más feliz al tener un hijo que pudiera dormir tranquilamente mientras lo ves con tus ojos color miel de manera curiosa como sueles hacerlo.
Mi Georgia, no necesitas hablar para decir que me amas. Ni necesito que entiendas mi vocabulario lingüístico para que sepas que yo a ti también.
Quizás aun no sepas muchos de los trucos cotidianos para una mascota, pero tienes algunas habilidades impresionantes... Comenzaré por esa habilidad tan especial de inyectar amor por la vida, te aseguro que es inigualable. Eres mi shot de energía. Desde tu llegada has sido mi cuidadora, sin duda alguna.
Admiro tu habilidad para aterrizarme al presente y recordarme todas las veces necesarias que el pasado ya fue y que lo único que existe es el presente. Ese presente en que corres frenéticamente por alguno de tus juguetes y lo llevas hasta una de mis manos. Ese momento en que lo lanzo y corres hacía él es la felicidad pura. Esos momentos en que te me lanzas a saltos intentando derribarme para jugar y te grito amistosamente que no lo hagas, y lo sigues haciendo, pareces no detenerte porque no puedo dejar de reír.
Amo ese "olor a perrito" del que impregnas mi ropa más que cualquier perfume... Y me siento orgullosa de que sientas ese amor y confianza hacía mi. Amo tus huellitas marcadas sobre mi ropa y aprendí a aceptarlo. Créeme, me costó aceptarlo hasta que un día sin pensar más simplemente decidí lavarla las veces que sean necesarias porque yo quiero sentir tu cariño de esa forma tan bonita que es tan tuya.
Cuando enfermaste me sentía tan preocupada, tan frustrada, y tan impotente por no haberte entendido y en consecuencia atendido antes, y ahí lo decidí... La vida es demasiado corta para no dejarme desalinear por un ser tan bello como tú.
Me haces saber que no todo es tan malo si estoy pasando por alguna dificultad y de pronto siento uno de tus pequeños besitos sobre mis manos, te juro que por un instante borran todo.
Puedo ver el amor a través de tu mirada y puedo sentir un cachito de cielo cada que estás ahí junto a mi.
De verdad te amo mi Giorgita. Gracias por darle tanta luz y alegría a mi vida, pero sobretodo por enseñarme que la vida es para disfrutarse, y cuando uno no lo disfruta es simplemente porque así no es...
Gracias mi pequeña y muy especial labradoodle, que Diosito nos permita muchos años juntas.
Comentarios
Publicar un comentario