Explicación de mi pequeño detalle, una taza a cada uno de mis padres.



Una taza de café, siempre es especial, cada que tomo una recuerdo a mi padre y mi “empadrinamiento” por este gusto. Voy a algún lugar en el que se venda esta bebida y es inevitable sentir el calor de hogar y vagos recuerdos de la infancia familiar y de una que otra visita casa de algún tío, así como esas tardes en casa de abuelita con algo de frío.



El frío, el café y noviembre, me parecen una perfecta y mágica combinación entre nostalgia y buen gusto, entre recuerdo y sentimiento, una época tan perfecta para recordar que los quiero; es como mi propia navidad, y se preguntarán por qué no tomarla en Diciembre, y es que..  Bueno, considero que tengo un buen motivo, pues en el último mes de cada año las personas suelen cegarse y dejarse guiar por lo material y ocupaciones de los preparativos para esa fiesta tan esperada del 24 y 31 respectivamente.

Un día desperté entusiasmada, un poco más que de costumbre, y es que me di cuenta de que la vida no es injusta ni limitante, aprendí que cada quién forja su propio camino, que las oportunidades se crean y llegan cuando uno está preparado, porque en realidad, siempre están, sólo que somos nosotros quienes no las vemos hasta que nos sentimos suficientemente listos.


A mis 23 años me siento un poco más “recorrida”, espero ignoren la vulgaridad con la que suena mi comentario, pero sé que he vivido mucho más que otras personas de mi edad, y por lo tanto aprendido.


Sólo quiero agradecerles por crear en mí ideas que ahora intento desarrollar, por limitarme porque ahora quiero romper esos límites, por regañarme porque noche a noche analizo sus palabras, por amarme porque aunque no lo digan todos los días, no existe uno en que lo olvide, la parte de ustedes que cree en mí y la parte que desconfía, ambas las amo en secreto y respeto totalmente.


Agradezco el magnífico hecho de que sean mis padres, porque sé que aunque quizá eligieron tenerme no eligieron mi personalidad ni los problemas que les causé, no tuvieron oportunidad de réplica ni rechazo, aceptaron y dieron todo de sí mismos.
Mi idea era hacer una carta de felicitación por cumpleaños de mi papá, pero creo que es un día más porque para mí sigue siendo aquel hombre joven que me contaba historias mientras yo estaba en el baño el hombre que me cargaba a los trece años, y el hombre que más he querido en mi vida, el que se queda viendo programas de Nat Geo conmigo hasta altas horas de la noche, y el que escucha mis historias aun cuando muere de sueño.


No puedo olvidar a mi mamá como la mejor administradora que conozco, la mejor enfermera que me ha cuidado; mi amiga con la que platicaba sobre alguna telenovela y conflictos de la vida. Mi mamá que poco a poco me parezco más a ella conforme pasan los años.


Quisiera decirles que los quiero día a día con el viento. No suelo ser la hija que abraza efusivamente a sus papás cada que los ve, pero suelo ser la que los piensa cada noche antes de dormir.

Gracias por cada día que me han dado, por verme nacer y crecer; por haberme regalado dos únicos y peculiares hermanos cuando pedía con quien jugar.
Gracias por ser parte de mi vida y estar vivos aún, por su fortaleza y dedicación.


Ahora que he explicado el motivo por el cual decidí darles como pequeño presente una taza y un termo de café, espero que les dure por siempre como mi amor por ustedes.


Gracias.


Los amo y amaré por siempre.

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