Carta a Georgia.

Un día me enseñaron una fotografía con varios perritos, y sin pensarlo, te elegí. Sólo te elegí. No recuerdo haber observado alguna característica en particular. Recuerdo que me sugirieron algunos otros por ser color negro y supuestamente resaltantes. Yo sólo te vi y me enamoré. Desde ese momento supe que la vida me haría inseparable a ti. Algunas personas me han dicho que quizás tengo mascotas porque no me atrevo a tener hijos, pero están equivocados. Para mí, no tiene relación una cosa con la otra, pues sería la más feliz al tener un hijo que pudiera dormir tranquilamente mientras lo ves con tus ojos color miel de manera curiosa como sueles hacerlo. Mi Georgia, no necesitas hablar para decir que me amas. Ni necesito que entiendas mi vocabulario lingüístico para que sepas que yo a ti también. Quizás aun no sepas muchos de los trucos cotidianos para una mascota, pero tienes algunas habilidades impresionantes... Comenzaré por esa habilidad tan especial de inyectar amor por la...