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Mostrando entradas de agosto, 2024

Fragmento 21 de agosto.

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Me he cansado ya de complicarme la vida. Dedo admitir que durante mucho tiempo disfruté sobrepensar en posibles resultados de acuerdo a mi árbol de decisiones. Disfruté mucho del caos clavado en mi mente como enredadera, incluso en algún punto de mi vida debí decir que amaba guiarme por el caos. Pero todo pasa... Ahora sólo disfruto la armonía de un lugar despejado y minimalista con un rico café paseando por mi boca. Disfruto de la ciudad sin tráfico y la luz de la luna que rara vez se deja ver, y quizás de tener la oportunidad de alguna caminata espontánea después de que el calor intenso baje y antes de la hora de la cena. Disfruto de leer un buen libro mientras lo sostengo con mi mano derecha retando la elasticidad de mis brazos. Me encanta estirarme mientras escribo. Me encanta estirarme mientras agradezco. Es como mi peculiar y quizás extraña representación del agradecimiento por la vida. Y tal vez una manera de recordarme que debo hacer ejercicio y no dejar de moverme. Ya no me in...

La belleza del silencio.

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 Contaré una pequeña historia que he callado cientos de veces cada que alguien agrede, atenta o huye del silencio. Hace un par de años, en medio de una noche triste y vacía, salí de casa alrededor de las 2 de la mañana; salí al parque que está frente a mi casa y caminé sin una dirección definida, hasta que en algún punto tan sólo me tiré sobre una de las duras bancas formadas de cemento situadas bajo la inclinación de luz proveniente de una lámpara mercurial, esta luz no venía sola, sino que se acompañaba y cruzaba con alguno que otro destello de la luna y un manto demasiado estrellado para estar en la ciudad. Recuerdo este momento porque sentí y escuché la alineación de mi columna vertebral como engranándose sobre el cemento de la banca. Miré hacia un costado y juro que podía ver ese suave movimiento del césped crecido provocado por el viento, recuerdo que volví a sorprenderme por la inusual aparición de tantas estrellas. Las palmas de mis manos tocaban la banca fresca, casi fría ...